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Arte en las copas

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La espuma de las bebidas se transforma en un lienzo personalizado gracias a la robótica. Si pensaba que lo había visto todo en aplicaciones especializadas para restauración, estaba muy engañado.

La presentación de la comida es cada día más importante en el entorno del restaurant, ya que es un elemento diferenciador difícil de adquirir por la competencia. Por ello, en los últimos años hemos asistido a las historias protagonizadas por aquellos privilegiados que pueden hacer arte con la comida.

 

Los artistas de la pizza fueron, en cierto modo, los pioneros de esta moda que ahora coge tracción. En Estados Unidos hay una corriente que se ha hecho con el control de las instrucciones adicionales en el pedido para solicitar dibujos y citas motivacionales. Aquellos dibujantes o filósofos de la vida que realmente despuntan con su don logran entablar una relación especial con el cliente que repercute en un mayor respeto por el negocio con el que han interaccionado.

 

Con la nueva ola del café llegó el arte sobre espuma, que se ha acabado denominando arte del latte o del café con leche. Los baristas tratan de aportar más valor y personalización a sus infusiones distinguiéndose de otros profesionales del sector. Lo consiguen, pero a costa de invertir ingentes cantidades de tiempo.

 

Este arte no se limita a los cafés, cualquier bebida espumosa es susceptible de ser decorado (ver vídeo al final del artículo). Es el caso de los cócteles. En las coctelerías, el uso de los colorantes alimentarios está a la orden del día, aunque también es posible utilizar los procesos mecánicos ampliamente empleados en el latte.

 

Si la creación de tortitas artísticas mediante impresoras 3D de alimentos ya era una posibilidad, ¿por qué no íbamos a automatizar el arte del latte?.

 

Esto mismo es lo que se propuso la empresa Ripples, aparecida en 2015 y especializada en la creación de máquinas auxiliares para restauración. Así, su Ripple Maker, que así se llama la herramienta automatizada especializada en arte del latte, se unirá a otros electrodomésticos estrafalarios, pero no por ello inútiles, que han aparecido en el pasado, como pueda ser el PancakeBot.

 

Los creadores de Ripples aseguran que el dispositivo hace gala de una rapidez inaudita, de forma que la principal desventaja del arte en latte será erradicada gracias a la robótica para restauración.

 

El uso indiscriminado de dibujos sobre espuma abre la puerta a un mundo de posibilidades basada en la personalización del producto. No debemos pensar únicamente en las posibilidades de diferenciación ofrecidas por los recursos artísticos en la presentación de la comida, debemos sopesar qué otras opciones existen ya que la precisión de Ripple Maker permite escribir sobre la espuma. ¿Agradecer la consumición al cliente?, ¿potenciar las ventas con ofertas especiales?, ¿recibir incentivos al reforzar la imagen de marca de algún producto?...

 

La tecnología es joven, y la reconocida inventiva del restaurador aún no ha dado sus resultados, por lo que las aplicaciones conocidas, aparte de las evidentes, aún son pocas. Si bien, ya hay propietarios usando esta solución de robótica para restauración.

 

En el Hilton London Tower Bridge (Reino Unido) el servicio de coctelería llama la atención de los clientes con ese toque especial del arte sobre espuma. A los clientes les encanta. Tanto es así que Kia Illulian reporta un aumento del 5000% en el número de pedidos que solicitan arte del latte en el Carrera Café, su negocio en Los Ángeles (California, EE. UU.). Y experiencias similares se suceden en aquellos establecimientos donde se atreven a probar las bondades del Ripple Maker: Hawái, Oregon, Tel Aviv...

 

No nos extrañaría que este sistema llegase a en breve a grandes cadenas como Starbucks, dado su potencial para atraer a la clientela y personalizar el producto, ¿se imagina que en el próximo café su nombre estuviera escrito en la espuma del café en vez de en el vaso de cartón?.

Fuente: diegocoquillat.com

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