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Comer sano en el trabajo

En muchos casos contamos con un trabajo sedentario en el que además, tenemos que comer. ¿Qué hacer entonces para cuidar nuestra alimentación? ¿Cómo podemos convertir el menú para que tenga alimentos más saludables y a un menor precio?

Es importante conocer las principales claves para escapar de las fórmulas facilonas que nos inducen a comer dulces o snacks excesivamente salados que nos engordan y perjudican nuestra salud a largo plazo.

Cómo conseguirlo:

1- Prepare la comida la noche anterior. La influencia emocional a la hora de escoger los alimentos es indudable. Por eso se recomienda hacer la compra con el estómago lleno. Del mismo modo, preparar la comida que vamos a tener que consumir al día siguiente, después de haber cenado nos dará una perspectiva clara y objetiva sobre qué debemos comer y qué cantidad de alimento necesitamos.

 

2- Tenga a mano tentempiés saludables. Piense en el espacio en el que pasa la mayor parte de la jornada laboral, intente organizar el espacio físico de forma que no tenga a la vista esos bocados traicioneros, dulces o extremadamente salados que no son saludables. Si lo que buscamos es una elección de alimentos más responsable, tenga a manos frutos secos sin cocinar o bajos en sal. Intente contar con alternativas más recomendables que el temido viaje a la máquina de snacks.

 

3- Proteja sus sentidos. Es cierto que para quienes trabajamos de una forma u otra en el sector de la alimentación, escapar de imágenes de foodporn ya sea a través de las redes sociales, o en persona cuando pasan por delante compañeros con comida o entramos a la cocina de nuestro restaurant, es poco más que imposible. Sin embargo, podemos estar prevenidos con algunos de estos snacks saludables que hemos comentado, o con una botella de agua siempre a mano, de la que beber en estos momentos.

 

4- Conviértase en el abanderad@ de la alimentación sana. Si tiene en la oficina una sala de descanso con donuts, caramelos u otros dulces, puede ser el primero en dar el paso y sorprender a sus colegas de trabajo con una bandeja de bocadillos saludables, manzanas, o arándanos.

Estos alimentos son más sanos y no sólo será un gesto visto como una cortesía hacia el resto de compañeros de trabajo, sino que también ayudará a mejorar el ambiente en la oficina al tiempo que le ayuda a mantener su dieta a raya.

 

5- Tómese un respiro en su almuerzo. A menudo pasamos el tiempo que tenemos para comer, pendientes de otras tareas como el ordenador o sobretodo el Smartphone. La experta en control de peso y escritora Karen R. Koenig, de LCSW afirma que “cuando no prestamos atención a nuestros alimentos, no se registran en el cerebro, por lo que tardamos menos tiempo en volver a tener hambre”.

Para evitar esto, la autora aconseja ser conscientes de la comida que injerimos en el momento, dejar a un lado los móviles y encontrar un espacio libre de interrupciones para focalizar toda nuestra atención únicamente en la comida.

 

6- Tome sus decisiones alimentarias pensando en el largo plazo. Un estudio de 2014 publicado en el Journal of Consumer Psychology exploró la influencia del humor en la elección de alimentos. Según el estudio, “un estado de ánimo positivo ayuda a plantear y cumplir objetivos a largo plazo, lo que lleva a una mayor preferencia por los alimentos saludables”.

Debemos de centrarnos en el impacto que una elección de alimentos saludables tiene en nuestro bienestar a largo plazo. Por otro lado, los alimentos azucarados y ricos en grasas nos sirven como un medio de control inmediato del humor. Algo que se volverá en nuestra contra posteriormente, cuando recapacitemos y nos sintamos mal por los pecados dietéticos cometidos.

 

7- No se prive de los pequeños placeres de la vida. El último consejo para llevar una alimentación saludable, aunque pase 8 horas al día sentado en la oficina, es un poco paradójico pero ¡Disfrute un poco! No se trata de convertirse en un extremista de la comida saludable, esto no le va a ayudar con vistas al futuro.

Se dice que “privarse de los placeres muy a menudo es una causa para comer en exceso”. De modo que saltarnos la dieta de vez en cuando puede ayudarnos a cumplir nuestras metas de alimentación saludable debido a que la idea de que ciertos alimentos están prohibidos no funciona. La clave es tener presente su meta de salud y bienestar a largo plazo. “Sólo es problemático cuando el ‘sólo esta vez’ se convierte en algo recurrente”.

 

Esas ideas son muy útiles para aquellos que trabajan en ambientes donde las señales de comida tentadoras son inevitables y tienen que estar todo el día sujetos a una mesa de oficina, que no les da lugar a la actividad física que gaste unas calorías mínimas.

 

La verdad es que existen un gran número de enfermedades crónicas y problemas de salud relacionados con pasar mucho tiempo sentado.

 

Una cantidad natural y saludable de tiempo de estar frente al ordenador es de unas 3 horas al día, el trabajador de oficina promedio en los Estados Unidos se pasa sentado durante unas 15 horas al día y en España cerca de 9.

 

Esta rutina de vida nos empuja a menudo a comer rápido, mal y sin pensar, tirándonos a las fórmulas fáciles y que no suelen ser nada recomendables.

Fuente: diegocoquillat.com

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